Es triste como a pesar de que tengo un millón de cosas por hacer me termino enfermando, quedo tirada en mi cama y no hago nada. Aún así logro ejercitar mi ocio y me paso largas horas (porque en cama 60 minutos se hacen más extensos) pensando en imbecilidades varias. Pero como en la falta de oficio se encuentra la creatividad pura he tenido tiempo para escribir las historias más descabelladas que se podrían haber ocurrido. Veré si no me censura la Andrés Bello este año y si las mando para figurar un rato. Sobre otras cosas más importantes que el hecho de que muera en mi pieza está el cierre de campaña de la tía bache, ese que congregará a cuanto artista puede (para mi fortuna Miguel Bosé y para mi gusto Saiko) y me dejará ir si mi madre llega a animarse a participar. ¿Por qué Piñera no hace lo mismo? Sí, siempre llego a la misma duda. O por último Lavín en su momento. Ok, deben existir actos de aquellos candidatos pero no tan pro como estos. Finalmente es así como se atrae gente, aunque a estas alturas los votos ya deberían estar definidos y los indecisos cada vez menos presentes. Por lo menos en mi clase de Ciencias Políticas hasta el profe confía en mi candidata y la da por ganadora. Nuestra candidata en este caso. Pero bueno queda convencer a los padres de derecha a ver si les da por acompañar a la oveja negra políticamente y seguir ejercitando el aburrimiento. Mañana ya podré ir a clases y mi cerebro se salvará de que lo ataque. Aunque sigo con las alucinaciones tipo fiebre, sin embargo siendo objetiva creo que las sufro desde hace 16 años. Pero es lo que hay o no? Aquello aplicable a muchas cosas.