A veces, y sólo algunos días, lo mejor es quedarse en casa. Aprovechar que el otoño está comenzando y pecar de falto de cerebro frente a un matinal a tempranas horas. Lo mejor es olvidar por unos minutos que existen obligaciones y quienes obligan, que hay algo más importante que hacer llamado nada (no, no le estoy haciendo propaganda a nada...gracias) y un espacio especial para compartir con quien se encuentre también en su casa.
Éste es un buen momento, probablemente en compensación de otros que no tuve o de otros que tampoco lo tuvieron, y así llevo semanas, escribiendo cartas a mis amigos, sacando fotos con Mayima, saludando a la gente en la calle con una sonrisa y olvidando por un momento que alguien puede verme y decir: oh! tu deberías estar en el colegio.Por lo menos hoy no importa, en los días del relajo absoluto mientras los tiempos me acompañan y las personas también. Una cuota de valium propio para quitar las dudas a un futuro cercano y a matemáticas 28 que no sirve de distractor. Algo que no importa y a la vez es menester. Pero que más da, prefiero a los Rolling en mi televisor, James Dean en mi pared, Rocky y su escena típica en la tele del lado y una llamada de buenas noches, todo esto mientras canto "just like anyone" (una buena recomendación bien recibida).