23 de mayo, esa desdichada fecha es la que ha estado pegada desde hace bastante tiempo al lado del infame nombre de este blog, el cual a pesar que odie no cambiaré porque me da lata modificar links y demases.
5 de Julio, me digno a escribir algo medianamente, escasamente dice pepe grillo, decente en este antro que solía ser mi casa de quejas. Ahora no sirve ni de depósito de fallas gramaticales.
Les cuento, a quien lee y quiera leer también, que por fin -aunque ud no lo crea- dejé de malgastar mis días en un cúmulo de regañadientes y desesperos por un rato de diversión prolongada.
Cuento que no he tenido tiempo para nada y que eso me tiene contenta, que aunque las asambleas me tengas aburrida por su carácter jotoso, saber que llego a mi casa después de haber hecho algo por la vida me resulta alentador.
Cuento además que me quedé sin cámara, y que a falta de una compañera digital me fui por lo antiguo y desenterré a la querida Mayima (a.k.a Mamiya). Agrego también, y solo para alimentar mi soberbia, que las fotos me gustan más que nunca, que el reto de que un click deba ser valioso y que el revelado valga bastante hace que cada uno esos negativos exijan 6 veces más concentración.
Cuento que el colegio me tiene aburrida, y que ya llegué al punto en que me dicen Nelson Mauri por faltar. A su vez debo incluir el hecho de que me va la raja a pesar de faltar a gran parte de las clases.
Espero simplemente recuperar lo que yo asociaba a mi tiempo de ocio y volver tanto a la escritura online (cada vez más indispensable con la cantidad de blogs existentes) como a los artículos aburridos de crónicas y este blog.
Mientras tanto los dejo contando ovejas, y les deseo que no sueñen con angelitos con bigote.
Buenas noches